En esta época que vivimos de tanta incertidumbre social, todos necesitamos de momentos de alegría y bienestar para disfrutar en familia, momentos de paz para compartir con los niños y adultos, y para ello existen multitud de espectáculos artísticos que a lo largo de la historia han servido para crear en los espectadores y artistas un estado positivo, mientras aportan un conocimiento, alegría, conciencia social, también terapia y sobre todo entretenimiento. Y además son una buena forma de pasar una Navidad en familia rodeados de amor y buenos sentimientos.
El entretenimiento sano, la alegría, la felicidad, el cariño, la expresividad, la diversión, el amor... son estados positivos que pueden modificar nuestras circunstancias en la vida, atraer una luz y una magia que creíamos perdida.
Incluir la magia en la educación, tiene posibilidades infinitas, y las relaciones intangibles entre todas las cosas, amplia nuestras capacidades y posibilidades de desarrollo.
La creatividad, la imaginación, la capacidad de asombro y el entusiasmo son parte de una vida sana y feliz que nunca debemos perder como niños ni como adultos.