Tras el fallecimiento de la Reina Isabel II, y el nombramiento como nuevo rey a Carlos III, salen a la luz infinidad de escándalos familiares a lo largo de la historia, el ocultamiento del origen alemán del apellido Windsor, su relación con los nazis, y círculos pedófilos y satanistas -el propio tío-abuelo de la reina, el príncipe Alberto, se le identifica como el asesino Jack el Destripador en 1889- y lo mismo en la actualidad libertinajes, infidelidades, pedofilia, crímenes...
Todo ello hace que la situación actual de la realeza esté en una total incertidumbre debido también al bajo nivel de aceptación pública -apenas el 25%- del actual rey Carlos III, que perdió su popularidad a raíz de su matrimonio con Lady Diana, sus infidelidades y escándalos y del que siempre hubo sospechas de que tuvo mucho que ver con el accidente que le costó la vida.
El reciente escándalo de su hermano Andrew por abusos sexuales a menores y la relación histórica del actual rey con conocidos y condenados pederastas como el obispo Peter Ball o "su mejor amigo", el animador de la BBC Jimmy Savile, acusado de violación y/o agresiones sexuales a más de 500 personas, forma parte de su largo historial.
Carlos III, el mayor impulsor del "Gran Reseteo", y de la Agenda Verde, es ahora el propietario de bienes más grande del mundo, con posesiones y fortuna que devienen de derechos históricos abusivos de la monarquía y de las ganancias provenientes del comercio de armas y de uranio empobrecido. Carlos III es el símbolo de cómo, durante milenios, unos pocos han controlado a la mayoría.