Antiguas tradiciones cuentan que más allá de donde nace el viento Norte o Bóreas, existió una Isla maravillosa rodeada por altísimas montañas de hielo. Dicen que los habitantes de Hiperbórea eran seres gigantes de blancura de nácar, casi traslúcidos, eran de una belleza e ingenio por encima de lo humano, además estaban provistos con el don de la videncia.
Fueron realmente una civilización muy avanzada, y que dejaron lejanos vestigios durante mucho tiempo en Islandia, Groenlandia, Escandinavia, extendiéndose incluso hasta las Islas Británicas, Rusia, Siberia y el actual norte de Asia.
Su origen es el resultado de la primera raza que habitó el planeta: la raza Polar, aunque algunos investigadores plantean que su procedencia era del espacio exterior, también están conectados con el interior del planeta por la misma sutilidad de sus habitantes. En las regiones polares, hace varias decenas de miles de años, existió un clima semitropical, el cual cambió debido, a una desviación del eje terrestre.
La historia de la humanidad comenzó mucho antes de lo que está escrito en los libros oficiales; tanto Hiperbórea, Lemuria, Atlántida y otros continentes antiguos existieron hace decenas y millones de años.
Textos antiguos, mitos, leyendas, evidencias arqueológicas y misteriosas profecías han ido recogiendo la memoria de la humanidad con el paso de los milenios. Por ello el ser humano siempre ha buscado esas tierras paradisíacas, isla de Tule, Asgard, la Tierra del centro supremo, el Paraíso ártico o Isla de Cristal.