En la memoria colectiva de los pueblos queda el recuerdo de una gran catástrofe originada por un gran Diluvio, recopilado en más de 500 versiones conocidas alrededor del mundo, como punto final de la existencia de la civilización Atlante. El cambio de ejes del planeta y la aparición de grandes desiertos donde antes había animales marinos o grandes selvas tropicales formaron un nuevo escenario para la actual raza.
De aquel final de la Atlántida quedaron diseminados por el planeta muchos restos enigmáticos, lo mismo algunos pueblos sobrevivientes, que se instalaron en Egipto, India, China, Tíbet, Grecia, y pueblos como los mayas, olmecas, toltecas, aztecas, fenicios, guanches, vascos… son descendientes de aquella desarrollada civilización.
Y mientras nos encontramos en un momento crucial como humanidad, con el riesgo que pueda suceder los mismo que en aquellas épocas, surgen nuevas teorías y evidencias sobre la posibilidad de que fuese una inusual actividad solar la que desencadenase los procesos destructivos que terminaron con aquella civilización. Unos eventos solares que parecen estar a punto de ocurrir una vez más.
Aun así, si conseguimos elevar nuestra frecuencia, unirnos como raza y hacer un cambio positivo a la decadencia tan terrible que vivimos, podríamos tener también una ayuda extra, y en los momentos más difíciles, poder encontrar también refugio en la Tierra Hueca, al igual que lo hicieron algunos de los pueblos de aquellas humanidades que supieron mantener su integridad.