Aunque parezca irracional, actualmente estamos viviendo una guerra contra los alimentos, cientos de millones de personas están experimentando pobreza y hambre debido a las políticas actuales, diseñadas para crear una crisis alimentaria y de deuda, pero no solamente en las naciones más pobres, sino se está orquestando una hambruna a nivel global, y si no hacemos algo para evitarlos o prepararnos, nos va a afectar a todos.
Subidas de precios de los alimentos, presión a los agricultores para que no cultiven las tierras, cierre de granjas y supermercados, guerras provocadas que rompen la cadena de suministros.
Hay que saber que el problema no es la falta de alimentos, sino entre otros están las políticas que quieren imponer desde las élites y su Agenda 2030, basadas en el falso cambio climático, y el acaparamiento de tierras de cultivo y de acuíferos por grandes corporaciones y millonarios sin escrúpulos.
La élite planea provocar la escasez de alimentos en Europa, que históricamente es una de las regiones mejor alimentadas del mundo. Cuando las fichas de dominó comiencen a caer y las consecuencias para el resto del mundo se hagan sentir, el planeta se verá sumido en una hambruna devastadora. Y esto es algo que ya se está viendo, de forma silenciosa en países desarrollados, y hay muchos activistas que lo están denunciando para poner un freno y que nos demos cuenta antes de que sea tarde.