Anthony Fauci, hasta ahora director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU. (NIAID) y asesor médico jefe del presidente Biden dejará sus cargos en diciembre 2022, tras más de 50 años donde ha demostrado una actividad científica poco ética, crueles experimentos con seres humanos, acusado de genocida por el engaño del SIDA.w
Las graves acusaciones sobre su gestión sobre la pandemia Covid-19, su relación con la financiación de la ganancia de función del virus al laboratorio de Wuhan, su defensa de los medicamentos experimentales frente a los tratamientos preventivos comprobados como eficaces, sus mentiras al Congreso bajo juramento... han hecho que sea considerado por muchos, como uno de los mayores criminales de la historia moderna.
¿Será que esta dimisión, así como la de otros políticos y primeros ministros de diversos países, es una forma de intentar escapar de los tribunales de justicia, por todos los daños causados, o es una maniobra de distracción para lavar la imagen e imponer otra persona elegida por la élite con mano dura, para continuar con su agenda genocida en contra de la humanidad?
Se espera que EE.UU. utilice el control político para exigir una investigación a fondo sobre todo lo sucedido y sobre la gestión criminal de Anthony Fauci, para que pueda ser juzgado en los Tribunales con la esperanza de mostrar al pueblo americano el engaño al que ha sido sometido durante más de dos años, y que ha tenido como consecuencia la muerte de cientos de miles de personas que podrían multiplicarse en los próximos meses.