Luiz Inácio Lula de Silva fue elegido, presidente electo de Brasil, el 30 de octubre de 2022. Su mandato se iniciará el 1 de enero de 2023. Sustituye a Jair Bolsonaro, el presidente que ha dejado al país con los índices económicos y de seguridad más exitosos de su historia, por sus esfuerzos en aliviar la pobreza, y apoyo a su pueblo en los momentos difíciles alertando de los efectos dañinos de las vacunas y utilización de medicamentos probadamente eficaces como cloroquina e invermectina.
Sin embargo Lula iniciará su mandato sin un programa de gobierno, con el único fin de deshacer todas las buenas reformas del presidente anterior Bolsonaro. Lula ha sido juzgado y condenado por numerosas causas de corrupción, de las que algunas se han anulado por defectos de forma que nada tienen que ver con el fondo real de sobornos, y fechorías de todo tipo, es un criminal convicto que quiere ceder la soberanía de la Amazonía a la ONU, no dan confianza a un país que es una potencia mundial y que quiere seguir manteniendo sus derechos y su soberanía.
Además, existe una duda razonable de fraude electoral que ha puesto en pie a millones de brasileños despiertos que se han dado cuenta y exigen a las Fuerzas Armadas que revise el proceso, ocupando con protestas multitudinarias carreteras y ciudades ante el silencio de los medios de comunicación. Las acusaciones de corrupción con el sistema del voto electrónico reafirman el fraude electoral brasileño, y por tanto, cuestionan la victoria de Lula y el engaño de la élite.